Carta de Enrique Jardiel Poncela
Cartas de Enrique Jardiel Poncela
a Mercedes Salisachs.

BLABLABLABLA...reveladora de una verdad innefable (y sólo oculta para el espectador de mala fé o de poco criterio): la de que usted es un autor teatral a quien espera una larga y brillante carrera en los escenarios, si el desánimo o las adversas opiniones ajenas no inmovilizan su capacidad indudable de creación. es siempre la persona que menos sabe del arte de hacer comedias. Si supieran ellos algo de eso, escribirían comedias en vez de criticarlas, pues escribir c

Transcripción

Lunes, 3 de mayo de 1948

Sra. Mercedes Salisachs de Juncadella

Mi distinguida y admirada señora:

Ignoro si mi opinión personal y literaria pesará o no en el ánimo de usted, aunque lo cierto es que preferiría - y celebraría - que pesase; pero, de cualquier forma, no quiero que usted abandone Madrid sin trasladarle lo que va a continuación.

Estuve el sábado en la Zarzuela y sí "La heroína de Betulia", y me pareció excelente; y, si es su primera obra, la considero reveladora de una verdad innefable (y sólo oculta para el espectador de mala fé o de poco criterio): la de que usted es un autor teatral a quien espera una larga y brillante carrera en los escenarios, si el desánimo o las adversas opiniones ajenas no inmovilizan su capacidad indudable de creación.

Porque, además de trasladarle mi fallo en este punto, me permito darle mi consejo profesional de que jamás, jamás, jamás haga caso de las opiniones ajenas y mucho menos si esa opinión es la de las llamadas "críticas oficiales". ¡¡Por Dios!! ¡Sobre todo, ningún caso, absolutamente ningún caso de la crítica periodística! Un crítico es siempre la persona que menos sabe del arte de hacer comedias. Si supieran ellos algo de eso, escribirían comedias en vez de criticarlas, pues escribir comedias produce muchos más ingresos - por pocos que produzca - que redactar críticas: por mucho que ese fácil esfuerzo se remunere. Sobre "La heroína de Betulia" se han escrito en los periódicos de Madrid todas las majaderías y falsedades que se escriben cada vez que se trata de afrontar y juzgar un real valor nuevo. Casi esa es la "piedra de toque" que revela la realidad de un valor verdaderamente nuevo.

Hasta Marqueríe, que suele proceder inteligentemente, ha olvidado esta vez su inteligencia en el guardarropa del teatro de la Zarzuela. No tengo tiempo aquí de analizar la crítica de él en "A B C", aunque con gusto lo haría; pero sí le diré a él cuando le vea que no se puede acusar a un autor de usar vocablos modernos (valga la expresión) en una tragedia de época y ambiente históricos y citar a Girandoux y a Cocteau, especializados en la modernización, precisamente, de la tragedia histórica. Y quizá le diga otras cosas más cuando hable con él acerca de su obra de usted, señora.

Resumo: ante todo y sobre todo, siga.

Y siga sin hacer caso de nadie, excepto de sí misma. Todo es susceptible de ser mejorado en el propio arte, pero ha de mejorarlo uno solo y sin ayuda de nadie: porque en arte un artista no tiene más que una luz, la que lleva él dentro; y únicamente dispone de "una guía de carreteras": su propio juicio, su propio gusto, su propia sensibilidad, su propia voluntad y, - en fin - su propio y solo albedrío artístico y espiritual. Aíslese para trabajar. No lea lo que escriba a nadie. No pida opinión a nadie. Escriba; escriba y estrene. Y aguarde. Los elogios sin reserva llegarán indefectiblemente: incluso los propinados a esta obra, tratada hoy por la crítica con tanta reserva mental y picajosería.

En cuanto al "público de estreno" tampoco es "el público". Y menos en Madrid, ciudad que quita y da artísticamente, y que, por lo tanto, está saturada en todos sus ambientes artísticos de la mala fé propia de la gente del oficio y de los familiares y amigos de esa gente del oficio, que no pierden estreno...

Podría hacerle a usted una larga historia de las veces que, desde mi primera obra, hace, ¡ay! , ya 21 años, tuve que decirme a mí mismo, para no caer a un lado del camino, - desanimado y apático -, eso mismo que hoy, felizmente, usted tiene quien le oiga con toda sinceridad y humano compañerismo y buen deseo. Pero me limito a asegurarle que provocando esas reacciones que ha provocado usted es como iniciamos nuestra carrera literaria todos los que pasaremos a las antologías del género que cultivamos. Aforismo base: principio fácil, mal final.

La besa los pies su aferro compañero,

Enrique Jardiel Poncela

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Viernes, 7

Sra. Mercedes Salisachs de Juncadella

Mi admirada y distinguida amiga y compañera:

Refugiado para aislarme unas horas en mi café de barrio gracioso y tranquilo de la Glorieta de Bolbosa y que se llama nada menios que café Europeo, donde pienso pasar la tarde, me entero, por una de esas casualidades de las novelas, que sólo son propias de la vida, de que todavía estáis vos en Madrid, cuando yo les suponía, hace fechas, en Barcelona. Entonces pienso que se halle usted peor de salud y llamo al Ritz, pero me dicen de allá que está mejor: y en consecuencia decido enviarle estos renglones antes de que se marchen definitivamente.

Se trata de que quiero escribir un artículo contra la crítica = una vez más sabe lo ya salido en ese sentido de mi pluma = a propósito de la obra de usted y de la de Agustín de Foxa, igualmente maltratadas por los "aristarcos" de via estrecha de los periódicos y con pareja injusticia. Como quiero emplearme a fondo en ambos casos, anoche escribí a Agustín pidiéndole un ejemplar de su comedia; y ahora le ruego a usted el idéntico favor con la suya. Te la devolveré cuando, en este mismo mes, vaya, que tengo que ir a Barcelona; pero la preciso antes de escribir el artículo porque voy a referirme a varios pasajes de ella e igual con la de Foxá.

Si tiene Ud. la amabilidad de enviármela, se lo agradeceré vivamente; y si no puede, déjela en la office del "Ritz", que ya andaré a recogerla.

Le ruego que salude afectuosamente a su marido, y le besa los pies su amigo y compañero

E. Jardiel Poncela

No importa que sea un ejemplar de apuntes o que tenga tachaduras o correcciones de ensayos.

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Martes

Amiga,

le envío un ejemplar de uno de mis Tomos de "Teatro", que, felizmente, tenía en casa de la edición última hecha en la Argentina. Aunque el Tomo contiene tres obras, la que seguramente le va a producir algún beneficio moral leer es la tercera, "Agua, aceite y gasolina" y el prólogo y epílogo que la

Así, además, entretendrá alguna hora de hotel.

Con todo mi afecto, y besos para sus manos de

Enrique

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Miercoles, 21

Amigo Conrado:

el dador, a quien ya conoce personalmente, es el compañero Sicilia, autor de una de las tantas comedias que envié a usted para leer y que desea recuperar el ejemplar para intentar el estreno. ¿Quiere ser tan amable de dárselo? Gracias y hasta que pase a verle una tarde, un fuerte apretón de manos de

E. Jardiel Poncela