Derribos
Derribos

Fecha: 1981

Tamaño: 20 x 13 x 2 cm

Páginas: 219

Editorial: Plaza & Janés

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Sinopsis

Así como se puede hablar, sin exageración, de una memoria colectiva de los pueblos, la memoria de los individuos está también compuesta por todos los elementos de esa pequeña colectividad que cada uno acumula a lo largo de su paso por la existencia: rostros y nombres, voces y perfumes, paisajes y ambientes. Estas "crónicas íntimas" resultan, por tanto, mucho más vastas que un simple bosquejo autobiográfico: desde la evocación de la figura de los abuelos hasta el contacto personal con célebres personajes, desde las ocasiones mundanas hasta los más tiernos episodios familiares, MERCEDES SALISACHS despliega los recovecos de su memoria para ofrecernos un cuadro de sencilla y rica vitalidad. Al conjuro de su evocación se asoman en estas páginas los seres y las cosas que dieron carácter a toda una época. No sólo, sino que, por imperio de su honda humanidad, estos personajes llegan a ser para el lector personas vivas y no meras elaboraciones literarias. Así, por ejemplo, la patética figura de Sofía, hermana de la autora, cuyo trágico destino está aquí reseñado con admirable y contundente sobriedad. Y lo mismo puede decirse de tantas otras figuras, anónimas o famosas (como el extravagante joven Dalí, el misántropo y obstinado Andrés Segovia, o el melancólico Bao Dai, niño-emperador que parecía presentir la miseria de la prisión dorada que se le reservaba).
Hay también, como en todo recuerdo, una página de tristeza: es la tristeza agridulce de las cosas definitivamente perdidas, devoradas por el tiempo, sepultadas bajo los derribos que la vida acumula. Un sutil desasosiego impregna estas páginas, incluso en los episodios más ligeros o festivos, para recordarnos que la vida es siempre cambio, drama, diversidad, y que, en última instancia, la tragedia y la fiesta, la alegría y el desaliento, no son meros accidentes, sino la vida misma en su perpetuo e irrefrenable devenir.